sábado, 21 de marzo de 2009

Y FUI COPA

Tomé mi copa con suavidad, mi energía femenina, mi símbolo uterino, y la alcé bien alto. Sentí con ella entre mis manos, mi respeto y mi admiración. Sobretodo mis ansias de venerarla porque su cavidad me había permitido la gracia de ser madre. La acerqué a mi rostro. Observé su brillo, su textura, su fondo cóncavo. Con ternura la mecí como a un niño, la mecí para dormirla y sentir su contacto, como si tuviera a uno de mis hijos en mis brazos. Me senté y entre mis piernas plegadas hice un nido. La cubrí con mi cuerpo, la protegí tiernamente con mis manos y la cobijé con amor. Yacía cubierta en mi regazo. Y FUI COPA.

Intenté llenarla porque ya la había ido vaciando. Sensibilidad, receptividad, vulnerabilidad, habían creado en el espacio un encuentro lúdico de sabiduría y encanto.

Me puse en pie, y sin soltar mi copa la acomodé en mi izquierdo femenino. .. Ya era mía, me la había ganado.

Y cuando el desafío hizo que cogiera el falo, lo empuñé con fuerza, con decisión, con firmeza. Balanceé la espada con soltura provocativa y con efectivo mando la conduje con maestría cortando el aire, exhibiendo su poder. Poder sobre otros, poder sobre otras… Y FUI ESPADA.

Pisé fuerte. Con mi copa a mi izquierda femenino, con mi sable a mi derecha masculino. Integrada y entera, afirmé el extremo de éste contra el suelo. Me arrodillé frente a él y veneré con respeto y agradecida, el espíritu de lucha, la fuerza y el poder que me concede cada día.

Ambos son hoy un complemento perfecto de armonía. Soy copa abierta y amplia, que aún trabaja para permitirme recibir. Ser la reina de este trono aún es demasiado para mí. Soy ternura, calidez. Soy suavidad y corazón. Y soy sable empuñado. Soy guerrera, luchadora, piso fuerte, corto el aire. Soy activa e impongo mi poder…

O quien sabe… tal vez no sea tan guerrera y lo intente parecer.

Hoy me siento honrada por ser mujer. Admiro serlo. Hoy me siento honrada por ser hombre. Admiro serlo. Soy ambos. Mujer por fuera, hombre por dentro, y en equilibrio perfecto.

Soy armonía, soy encuentro. Melodía en consonancia, unanimidad, con-sentimiento. Noche y día, luna y sol, descanso y trabajo, sentimiento y pensamiento, meditación y contemplación; yin y yang, mujer y hombre, femenino y masculino. Gracias Mar por permitírtelo.
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